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Alfarería de Pilén

En la Región del Maule, 15 kilómetros al oeste de la ciudad de Cauquenes, se encuentra la localidad de Pilén, donde se alberga una cultura alfarera caracterizada por el color rojizo-amarillento de su materia prima: la greda. La razón de tal pigmentación radica en la mezcla de arcilla y colo, un polvo mineral, con el que las loceras crean piezas abiertas y cerradas, de uso doméstico o decorativo, que mantienen la misma estética –superficies heterogéneas que dejan ver el quemado de la cocción– desde su origen mestizo; gracias a la barrera natural que forman los cerros que rodean el territorio.

Para las loceras de Pilén, desarrollar el oficio de la alfarería es parte de sus quehaceres diarios: en sus casas conviven la familia con el taller, y es allí, mediante esa observación inevitable, como se traspasan la técnica, forma y estilo de las piezas de generación en generación. Al igual que hace un par de siglos, la arcilla la encuentran en un fundo cercano a los cerros de Pilén Alto, mientras que el colo lo extraen de vetas en los campos cercanos, que por su composición metálica rica en oropel le otorga un particular brillo a las piezas. En estas representan y rescatan características de los animales y rutinas que acompañan sus vidas de campo y de ese modo crean pailas, ollas, jarros y azafates con forma de hoja o la llamada fuente gallina; además de figuras escultóricas como iglesias, casas, carretas y escenas simbólicas como la trilla o el pesebre.

Pese a los diversos factores que han significado una disminución de la actividad alfarera, como la mayor oferta de trabajos asalariados o de temporada, además de la migración de jóvenes hacia Cauquenes, las loceras de Pilén conservan hasta hoy casi inalterable el proceso productivo que aprendieron de las mujeres que las antecedieron.

Así, cuando la arcilla está seca, la muelen con un mazo hasta convertirla en un polvo, que luego pasan por un harnero para separar la arcilla de piedras e impurezas. Combinando arcilla fina y gruesa con agua, el paso siguiente es formar una masa compacta, que moldean solo con sus manos sin utilizar tornos ni maquinarias; amasando una y otra vez, con golpes de puño y palma, sobre una tabla o base para luego modelar las piezas con la ayuda de un palo o una cuchara y dejar las piezas orear.

En primavera y en verano, la época de mayor productividad, el secado de las piezas se hace al sol, mientras que en invierno el proceso se realiza alrededor de un fogón. Una vez que las piezas están más o menos secas, las loceras las raspan y las pulen para luego añadir el colo: un engobe de composición metálica que le otorga el color café rojizo característico a estas piezas, las que posteriormente se bruñen a mano con una piedra lisa, que suele ser de ágata, o un trozo de palo delgado para sacar brillo a los objetos más pequeños.

Después del bruñido, el paso siguiente es la cocción, que las loceras de Pilén realizan en espacios abiertos, en torno a una pila hecha con leña y bosta, donde las piezas se van calentando sobre las brasas; dándoles vuelta gradualmente por lado y lado con la ayuda de un palo o una horqueta. Cuando las piezas ya están calientes, se cubren con la misma leña y bosta armando una pira, cuyo fuego permanece encendido por al menos dos horas. Si se busca un color negro, las loceras cubren sus creaciones, cuando aún están calientes, con hojas de pino y más bosta.

En ambos casos, extinguida la hoguera y cuando las piezas están completamente frías, las loceras las sacuden y las apilan para luego trasladarse rumbo a Cauquenes. Tal como hacía sus antepasadas hace más de 150 años, cargando la loza sobre sus cabezas para instalarse en la feria libre que hasta hoy se realiza cada miércoles y sábado en Cauquenes.

Retrato: las loceras de Pilén Alicia Lara y Eliana Apablaza, fotografiadas por Lydia González.

Fuente bibliográfica
Para la elaboración de este contenido fue consultado el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI), el texto Loceras de Pilén publicado en 1990 por Ximena Valdés y una entrevista realizada por Artesanías de Chile a la maestra artesana Noemí Salazar, de la agrupación Loceras de Pilén.

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Color de la pieza +

  • 17 Amarillo
  • 25 Azul
  • 23 Beige
  • 155 Blanco
  • 298 Café
  • 102 Gris
  • 1 Marrón
  • 22 Morado
  • 150 Multicolor
  • 9 Naranjo
  • 67 Negro
  • 28 Plata
  • 50 Rojo
  • 20 Rosado
  • 29 Verde
  • 1 Api
  • 1 Caramelo
  • 6 Celeste
  • 1 Lila
  • 1 Narajnajo
  • 1 Turquesa

Material de la pieza +

  • 111 Cerámica
  • 35 Fibra animal
  • 11 Lana
  • 114 Madera
  • 51 Plata
  • 39 Tela
  • 1 Alpaca
  • 1 Cacho buey
  • 11 Cuero
  • 116 Fibra de alpaca
  • 120 Fibra vegetal
  • 320 Lana de oveja
  • 3 Metales
  • 3 Piedra
  • 13 Yeso
  

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