Una de las primeras actividades es el lanzamiento de la colección Colchanderas, carteras de paja de trigo hechas por la agrupación Colchanderas del Itata, en la Región de Ñuble. Catorce mujeres y un hombre tejen largas trenzas de paja llamadas cuelchas, que otros artesanos usan para fabricar chupallas. Ellos no tenían un producto propio, sin embargo, después de un trabajo de dos años en conjunto con el área de diseño de nuevos productos de la fundación, que implicó poner atención en el manejo de la fibra y cálculo de costos, empezaron a elaborar piezas de su autoría. Así, dieron vida a carteras de distintos formatos que respetan la tradición, pero con guiños contemporáneos, muy vinculados a las demandas actuales de las mujeres.
-Lamentablemente, muchas de las fibras chilenas están amenazadas con desaparecer; por ejemplo, la paja de trigo que usan en el valle del Itata es una variedad especial que se cosecha a mano y que exige mucho cuidado. Por este motivo, cada vez menos agricultores la producen, lo que se ha vuelto un problema para los cultores -explica la directora ejecutiva de la fundación, Claudia Hurtado. También la desaparición del bosque nativo y las barreras que existen, dada la privatización de los terrenos, son otras razones que dificultan el trabajo de los artesanos.
Además del lanzamiento de la colección de carteras, han estado sensibilizando en torno a este material -en nuestro país 28 fibras son usadas para cestería-, y en su Instagram @artesaniasdechile se puede ver la difusión de la curahuilla , por ejemplo, con la que se hacen las tradicionales escobas en la zona central; del junquillo y la manila, que se trabajan en llque y Huelmo; o la ñocha de Cañete. Asimismo, hay talleres dictados por el área de cultura relacionados a las fibras y que se pueden chequear a través de la página artesaniasdechile.cl.