En la misma sala donde el Museo del Limarí resguarda piezas de alfarería originales de las culturas Diaguita, Molle y Ánima, desde agosto es posible admirar una nueva vitrina que conecta el pasado con el presente. Se trata de 8 piezas de cerámica que, aunque contemporáneas, fueron creadas por 17 ceramistas de las comunas de Paihuano, Ovalle, Río Hurtado, Coquimbo y Vicuña siguiendo un minucioso proceso de exploración: la observación acuciosa de una serie de colecciones arqueológicas, que son atesoradas por diversos museos regionales. “Una experiencia visual conmovedora”, resume Javiera Godoy, una de las seis ceramistas que conforman la agrupación Nai Ceramistas de Paihuano, autoras de dos de las obras exhibidas: Jarrón Etnográfico y Escudilla.
Para lograr la gran riqueza estética que caracteriza a la cultura Diaguita, sus creadores tuvieron que recorrer un largo camino, que comenzó en julio de 2024 con un proceso formativo realizado bajo un programa financiado por el Gobierno Regional de Coquimbo y ejecutado por Fundación Artesanías de Chile (“Recuperación económica de la artesanía tradicional de la Región de Coquimbo”), en el que profundizaron en torno a herramientas de comercialización, costos y nuevas plataformas de ventas.
Solo entonces, combinando el desarrollo económico con aspectos culturales, dieron inicio a talleres prácticos, en los que pudieron estudiar detalladamente los patrones geométricos de las vasijas tradicionales junto al arqueólogo Gabriel Cantarutti y perfeccionar la preparación de engobes, pintado y bruñido con la guía de Ulises López, ceramista de La Serena con 40 años de oficio, quien es un referente a nivel nacional en reproducciones arqueológicas de alfarería Diaguita.
“Fue un camino de tres años, que culminó con esta exposición que pone en valor la cerámica diaguita y el oficio alfarero, que es nuestro oficio, que nos hace sentir muy orgullosas”, dice Yannet Reyes, una de las 5 ceramistas que conforman la Agrupación Terra Sol de Diaguitas y Vicuña, autoras de las obras Escudilla Patrón Doble Zig-Zag y Jarro Zapato.
El resultado es una exposición inédita, donde es posible admirar dos elementos esenciales de la cerámica Diaguita. A primera vista, las formas y diseños geométricos antropomorfos y zoomorfos que caracterizan a este oficio ancestral. A segunda vista, un poco más de cerca, los rastros de las técnicas tradicionales empleadas en cada obra, como el uso de arcillas y engobes que encuentran en sus propios territorios, el modelado a mano y el pulido con piedras. “Es una revitalización de su arte. Una oportunidad para demostrar que el pueblo Diaguita sigue vivo”, dice Claudia Valenzuela, ceramista de la Agrupación Nai Ceramistas de Paihuano.
A las 4 obras ya mencionadas, se suman el Jarro Pato Zoomorfo de la dupla familiar Raíces Diaguitas, conformada por Clara Borquez y Tania Martinez; el Cuenco con cara creado por la Familia de Alfareros de Río Hurtado, conformada por Luz María Silva y Walter Rivera; la Vasija Alta Ancha de Cloe Vallejos, artesana de Coquimbo; y Rusticidad de la artesana Irlanda Rojo de Ovalle.
<h2>Alfarería diaguita, identidad e historia de la Región de Coquimbo
A lo largo de su trayectoria, las 17 ceramistas detrás de «Alfarería Diaguita: Reconstruyendo memorias y saberes» han encaminado su oficio hacia un viaje a las raíces, dejando testimonio de la identidad de su territorio a través de sus piezas, que buscan preservar y revitalizar la herencia de la alfarería diaguita que comparten.
“Estas iniciativas permiten catalizar el pasado, el presente y el futuro de las artesanías en el territorio. Es la interacción de las artesanas y artesanos la que permite poner en valor y relevar la importancia de su trabajo en un proceso que es continuo y que está vivo”, asegura Marco Sandoval, director del Museo del Limarí.
Conectados por su descendencia o por su sentimiento de pertenencia con este pueblo ancestral -como Luz María Silva y Walter Rivera de la Familia de Alfareros de Río Hurtado, quienes se identifican con orgullo como parte del pueblo Diaguita-, el compromiso de las cultoras y cultores que están detrás de esta exposición va más allá de la producción.
“Estas cultoras y cultores comparten el mérito de haber desarrollado un trabajo sistemático de investigación, observación y rescate. Se trata de un ejercicio patrimonial, que los instó a desplegar su talento y desarrollar las técnicas necesarias para lograr reproducir obras prácticamente idénticas a las originales, que es una expresión tangible de su interés por preservar, difundir y valorar la cultura diaguita como un elemento constitutivo de la identidad y la historia regional”, asegura Angélica Willson, directora ejecutiva de Fundación Artesanías de Chile.
Ese espacio creativo donde confluyen memorias y saberes que forman parte del patrimonio y la herencia cultural de la Región de Coquimbo, es el que se puede apreciar en esta exposición gratuita, que se encontrará abierta hasta el 31 de octubre en el Museo del Limarí. Como parte del mismo programa, destaca Cristóbal Juliá, Gobernador Regional de Coquimbo, todas las obras que se encuentran en la exposición pueden comprarse por encargo a través de www.artesaniasdechile.cl, impulsando una medida concreta para la preservación de los patrimonios artesanales de la región. “Una inversión pública que conjuga el fomento a la visibilización de los pueblos originarios y sus tradiciones ancestrales, y también un incentivo a la economía de estas artesanas y artesanos con la difusión de su trabajo”, recalcó.
Conoce más sobre el proceso de creación de estas obras, aquí.