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Revista Digital

VIVE LA ARTESANÍA

Alan Paillan: “El tallado fue una puerta de entrada al infinito aprendizaje de mi pueblo”

El artesano era un adolescente cuando se soñó tallando la madera. “Cuando se afianzó mi interés por conocer más de mi pueblo, surgieron revelaciones en las que la madera se volvió protagonista”, reflexiona a días de inaugurar su última muestra, llamada Kollong: nuevos imaginarios visuales a partir de una máscara tradicional mapuche. “Verme en sueños fue una forma de iniciación”.

Entrevista: Almendra Arcaya Luco.
Fotografía: Lydia González Hernández.
Realizador: Hisashi Tanida Becerra.

“El cuento es así”, dice el artesano en madera Alan Paillan Manquepillan: “Me vinculé con mi familia en el sur dentro de un contexto de costumbres y habla mapuche. Siempre vi a mi gente vinculada a los árboles: a mis tíos madereando, haciendo utensilios, yugos, cosas que se requerían en la cotidianidad. Participé de esas labores con la curiosidad de un niño, pero luego emprendí mi propia búsqueda. Me fui por un cauce que me permitió conocer saberes, prácticas y símbolos. Desarrollé un quehacer vinculado a mi identidad. En definitiva, mi acercamiento a la madera fue una puerta de entrada a un gran e infinito aprendizaje de mi pueblo”. 

Tenía veinte años cuando por circunstancias “fortuitas” de la vida se topó con un taller en las afueras de Santiago, en Nos, que estaba a cargo de una persona mapuche. “Con fortuito me refiero a que dentro del entendimiento mapuche uno viene, en cierta forma, condicionado por su linaje. Entonces van sucediendo encuentros y sueños que te llevan por un camino. Cuando crecí y se afianzó mi interés por aprender sobre mi pueblo, surgieron revelaciones en las que la madera se volvió protagonista. Así me acerqué al tallado, antes de que realmente sucediera. Verme en sueños fue una forma de iniciación”, rememora.

La primera vez que tomó una gubia por sí solo fue en ese taller, precisamente para hacer un kollong o máscara tradicional, que aún conserva. El kollong es un personaje lúdico y enmascarado, que cumple la función de ser guardián y protector en algunos contextos ceremoniales del territorio mapuche. “Mi primera fijación fue entender el contexto cultural de estas piezas. Compartiendo con gente mayor, fui aprendiendo a conocer árboles, a distinguir maderas y colores, a identificar el mejor momento para cortar, a estar en contacto con las aves y los seres que habitan los bosques nativos. Nada de eso podría haberlo aprendido en Santiago”, explica. 


Los oficios se vinculan con culturas que suelen estar circunscritas a un territorio. ¿Cuáles son los desafíos de desarrollar este oficio fuera de su territorio originario, y en una urbe?
Si vivo en un contexto de ciudad es porque la ciudad también es parte de la historia de mi pueblo. Los procesos históricos son dinámicos, pero hay una cosa que no cambia: tu herencia como ser, como parte de un pueblo que tiene su propio lenguaje, sus propias prácticas… una identidad que no se piensa ni se razona, sino que está integrada en tí, que es empírica. Despertar a este entendimiento puede ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar. Hay un tiempo paralelo que no tiene nada que ver con el contexto moderno de la ciudad, sino con un espacio de la memoria. Yo tengo mi taller en La Florida, pero la verdad es que podría estar en cualquier parte. De hecho, todos los chemamull que he tallado los he labrado en el campo, en el Wallmapu. 

Te dedicas a la creación de esculturas que responden a un contexto ceremonial y de autor, restándote del diseño de piezas utilitarias. ¿Por qué?
Al inicio hice piezas utilitarias, pero siempre rehuí de eso porque soy muy inquieto creativamente. Creo que me moriría de aburrimiento si me dedicara a tallar en base a cierta uniformidad. Lo mío va por otro lado, tiene que ver con una libertad creativa. En la medida en que fui dominando más las maderas, las herramientas, la técnica, esa fijación del comienzo por comprender el contexto cultural se fue transformando en lograr una estética propia: explorar cortes, ángulos, planos que se superponen; madera que compro, que recolecto de basurales clandestinos; incorporar astilla, tierra y piedra, fibras vegetales, frutas, minerales. A punta de ensayo y error he desarrollado obras originales y multidisciplinarias que combinan diversos elementos.

KOLLONG
Las obras de Paillan han sido exhibidas en la Bienal de Arte y Cultura Indígena de Chile (2006) y en la II Bienal de Artesanía Urbana y Tradicional de la Región Metropolitana (2017). En 2017 talló 120 kollong para la obra “Werken” de Bernardo Oyarzún, que fue presentada en el pabellón chileno de la 57a Bienal de Arte de Venecia. Es un artista multidisciplinario. Su propuesta más reciente se denomina “Manke”; un ensayo audiovisual que vincula poesía y música fusión mapuche de creación propia, en el contexto urbano contemporáneo. 

En 2022 postulaste por primera vez al Fondart Regional en la línea de creación y artesanía que dio vida a Kollong; nuevos imaginarios visuales a partir de una máscara tradicional Mapuche. ¿Desde dónde te vinculas con estas piezas?
En muchas piezas que he visto en los mercados, que se venden como souvenir, cuando se recrea el rostro de un mapuche existe ese estigma de que los mapuche son feos, como el indio pícaro, con esa estética tosca. Una fijación mía era reinterpretar ese prejuicio. Resaltar una belleza a través de una pieza bien hecha, con buenas terminaciones y una estética propia. Una pieza que no pretende acercarse a una pieza griega, perfecta en lo figurativo, sino más bien sugerir, a través de una diversidad de cortes y ángulos, la forma y carácter de aquello que pretendo representar.

¿Qué te pasa como autor, como artesano, al momento de hacer piezas que van a llegar a quienes no sostienen necesariamente una pertinencia cultural con ellas? 
De algún modo me insta a asumir un rol. Por un lado estoy yo, una persona de ascendencia mapuche que tiene fijaciones estéticas, que busca una pulcritud, que se dedica al tallado. Pero por otro lado está la intención de instalar un imaginario visual de la cultura. El imaginario visual del chileno está súper calibrado a ver un moai y asociarlo a Rapa Nui, pero no ocurre lo mismo con un kollong o un chemamull. Mis obras buscan contribuir a la visibilización de la estética tradicional mapuche y al desarrollo de nuevos imaginarios visuales, en base a una mirada respetuosa desde y hacia lo mapuche.

Al igual que en “Manke”, el ensayo audiovisual que vincula tu poesía y tu música, tu última muestra se compone de piezas talladas, diez máscaras, y una pieza audiovisual. ¿Cómo conversan ambos elementos? 
Una cosa es tallar las máscaras y presentarlas en una exposición, bien institucional, pero lo encuentro fome. Cada máscara, cuando yo la estoy tallando, tiene su cuento; le otorgo una identidad particular, una historia, un nombre. Al recurrir al lenguaje cinematográfico, en el que confluyen guión, fotografía, música, puedo darle vida a cada personaje, a la vez que los hago interactuar.

¿Cómo describirías tu proceso de trabajo? 
Yo tallo porque me gusta, porque hay una inquietud. Me gustan las texturas, la dinámica de la herramienta manual, de sacar, de dar forma, cosa que se da por temporadas y no se puede medir en tiempo. ¿Cuándo una pieza está terminada? Cuando siento que hay un equilibrio y existe una tranquilidad. El tallado es la forma que tiene una persona para lograr el equilibrio en su ser. La pieza es el reflejo de uno, del equilibrio propio. 

*Encuentra las piezas de Alan Paillan, escribiéndole directamente a talladosaliwen@gmail.com, a través de Facebook (Tallados Manke) y prontamente en nuestras tiendas físicas y online.

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Color de la pieza +

  • 16 Amarillo
  • 25 Azul
  • 23 Beige
  • 153 Blanco
  • 289 Café
  • 101 Gris
  • 1 Marrón
  • 22 Morado
  • 150 Multicolor
  • 9 Naranjo
  • 66 Negro
  • 27 Plata
  • 43 Rojo
  • 18 Rosado
  • 28 Verde
  • 1 Api
  • 1 Caramelo
  • 5 Celeste
  • 1 Lila
  • 1 Narajnajo
  • 1 Turquesa

Material de la pieza +

  • 111 Cerámica
  • 35 Fibra animal
  • 11 Lana
  • 112 Madera
  • 49 Plata
  • 39 Tela
  • 1 Alpaca
  • 1 Cacho buey
  • 11 Cuero
  • 116 Fibra de alpaca
  • 119 Fibra vegetal
  • 319 Lana de oveja
  • 3 Metales
  • 3 Piedra
  • 13 Yeso
  

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