Entrevista y texto: Caroline Landaeta Figueroa
Fotografía: Ly González Hernández y Ulises Yáñez Lizana (archivo)
“Cuando me toca viajar, intento que todo lo que pueda dejar en un país sean obras de artesanía para regalar. Por ejemplo, cuando estuvimos en Japón me llevé unas figuritas de pingüinos de lapislázuli”, comienza la conversación de forma espontánea mientras se prueba una bufanda de fibra de alpaca de la Agrupación de textileras Aymara, que combina con su outfit.
La deportista, quien también cuenta con un magíster en psicología, cuenta que siempre a la gente le llama la atención que una mujer se dedique a una disciplina tan extrema: “Intento explicarles que cientos de años antes que yo, ya había mujeres de distintos pueblos originarios que estaban en contacto con los océanos fríos para mariscar y alimentar a sus familias, además de crear sus propias cestas y piezas de artesanía para su recolección. Para mí, lo importante es romper el estereotipo de género de que las mujeres podemos estar en contacto con la naturaleza, enfrentando ambientes adversos”.
Bárbara Hernández visitó Fundación Artesanías de Chile, recibió unos regalos que le hizo el equipo para acompañarla en sus viajes, y nos contó sobre su conexión con las artesanías.
¿Tienes recuerdos relacionados a artesanías en el hogar familiar en tu infancia que atesores de manera especial?
Tengo un recuerdo especial respecto a las artesanías con mis abuelos maternos. Mi weli siempre fue una tejedora innata y a mi tata, que era del norte y venía de las salitreras, le gustaba mucho el tallado en madera. Él también aprendió a tejer y tengo varias bufandas y chalecos tejidos por él. Era una persona que siempre estaba tratando de aprender algo. Muchos de mis recuerdos de infancia son de mí ayudándole a mi weli con la lana, o acompañando a mi tata mientras hacía sus trabajos.
Conoce las piezas de la colección Primavera – Al aire libre se pasa mejor que Bárbara utilizó durante la entrevista, aquí.

¿Crees que la artesanía tradicional ayuda a conectar con la naturaleza y/o nuestras raíces?
De todas maneras. La artesanía tradicional visibiliza las culturas. Es una forma de ver y vivir la vida, y de sentir los lugares que habitamos. Mi forma es a través del agua y el nado. Y cuando lo practico, soy muy respetuosa con los lugares a los que voy y las comunidades que visito. Siento que es una forma de conectarnos y transmitir un mensaje que va mucho más allá de un logro, un reconocimiento, una medalla o Récord Guinness. Para mí, finalmente es un privilegio nadar en nuestro territorio y también visibilizar sus culturas, en especial, aquellas que tienen un rol de la mujer vinculado al océano, al cuidado del medio ambiente y también a la conexión con la tierra.
¿Has tenido la oportunidad de conocer a artesanas tradicionales en tus viajes relacionados a la natación?
Sí, y es uno de los aspectos que más me gusta cuando puedo practicar mi deporte en Chile: el vínculo con las comunidades, por el respeto que les tengo. El hacerles partícipes de lo que finalmente es el nado en sí, el pedirles permiso desde el momento en que vamos a entrar al agua y no sentir que me apropio de algo que no me pertenece, que tampoco es mi misión. Es desde la humildad que me gusta conectarme con los océanos y las aguas abiertas, con esas comunidades y todos sus conocimientos. Eso me hace sentir y vibrar distinto, y agradecerles todo lo que ellas están dispuestas a compartir conmigo.
A todas las artesanas y artesanos de la Fundación Artesanías de Chile, les agradezco con todo el corazón el coraje con que deciden emprender este hermoso camino y de verdad les deseo lo mejor. Muchas gracias por darme la oportunidad de conocerlos.