Este vestido fue tejido con fibra de alpaca natural -es decir, en el color original de la fibra- por artesanas aymara de la localidad de Pozo Almonte, en la Región de Tarapacá, en un telar horizontal de dos pedales, tradicionalmente llamado telar de wayeta. Una herramienta mecánica introducida desde Europa y utilizada hasta los años setenta solo por hombres, quienes confeccionaban en ella paños de tela con los que daban vida a trajes de sastrería, que funciona con la fuerza que las maestras tejedoras ejercen sobre los pedales, pasando manualmente los hilos y dejando entrever tanto la urdimbre como la trama.

Su innovación está en el degradé (kisa en aymara) de tonos vicuña, solo interrumpido por un acento gráfico en negro, y en la apertura que lleva a los costados, además de una sisa y un escote generoso; una construcción textil elaborada en conjunto por 14 tejedoras aymara de siete agrupaciones diferentes y la diseñadora Gabriela Farías (ZURITA). El resultado es un tejido prolijo y equilibrado, holgado y de talla única, cuyo hilado se caracteriza por una textura pareja y suave, de un peso dócil y ligero, ideal para el frescor de media estación.