Texto: Delicia Campos, productora en terreno de Fundación Artesanías de Chile en la Zona Sur.
Fotografía: registro realizado en el contexto de la investigación participativa Kimün trarikanmakuñ Wallmapu, desarrollada por la Universidad Católica de Temuco y el Servicio Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial, entre 2018 y 2021.
Desde niña, Dominica fue elegida por su madre, Amalia Quilapi Huenul (reconocida como Tesoro Humano Vivo en 2015) para heredar sus conocimientos ancestrales en la práctica del trarikanmakuñ mapuche -también conocida como teñido por reserva-, donde el tejido se amarra con hojas de ñocha, aislando el tinte de la lana. Sus mantas de longko eran confeccionadas a pedido para ser usadas por autoridades tradicionales, ya que cuentan la historia de la persona en sus diseños.
También dedicó parte de su vida a la formación de tejedoras. Entre ellas, fue parte de nuestro programa de formación ProArtesano Lebu 2022. Su misión, decía siempre, era “mantener, cultivar y transmitir estos conocimientos para que se mantengan en el tiempo”. Con el tejido a telar mapuche, Dominica buscó no sólo comercializar, sino que dar a conocer que con cada pieza se cuenta una historia; se comunican sentimientos, se conservan raíces y culturas.
En este día, de gran pérdida para las y los cultores del arte textil mapuche, desde el equipo de trabajadores de Fundación Artesanías de Chile, nuestros pensamientos están con ella, su familia y su comunidad Epullan.